Reflexión sobre la crianza bilingüe y críticas recibidas

Quienes nos encontramos criando a nuestros niños en inglés u otro idioma sin ser nativos, sabemos que estamos recorriendo un camino que no es fácil, pero que con esfuerzo y perseverancia creo yo que puede volverse muy enriquecedor.

Estamos en constante aprendizaje, y sabemos que vivimos en un mundo cada día más globalizado, donde un idioma en común como herramienta de comunicación con millones de personas no solo nos abre las puertas al exterior, sino que nos hace más abiertos, nos abre la mente. Esto no significa que queramos perder nuestras costumbres nativas, que rechacemos nuestros orígenes, seamos esnobs, o que queramos que nuestros niños hablen solo inglés ni mucho menos. Mucha gente cree que estamos locos, obsesionados, que le hacemos mal a nuestros niños por hablarle en un idioma que no es nuestra lengua materna o que perdemos el tiempo.

«Para que hablarles en inglés si ya aprenderán en el cole»…  Para que luego se confundan y no sepan hablar ni un idioma ni el otro? (Como me han dicho varias veces.) ¿Para que tengan retraso en el habla y falta de vocabulario? ¿Para que tenga problemas con los compañeros de colegio y en las relaciones sociales?

Tan malos padres piensan que somos que sin antes investigar y leer sobre el multilingüismo nos arriesgaríamos a hacerle mal a nuestros propios hijos? Por qué mucha gente prefiere criticar primero y preguntar después?

Soy consciente de todas las críticas que vienen y que vendrán, y que muchas veces nos hacen dudar si seguir o no.

Yo misma hace una semana viví un momento de tensión con un familiar, quien se molestó porque los dibujos, los libros, las canciones, etc, los miraba y escuchaba en inglés, me dijo que la estaba confundiendo, me dio a entender que no sabía lo que hacía, asumió que lo único que hacía era leer blogs en internet  y que haciendo eso estaba arriesgando el futuro de mi hija. “Que ya era hora que empezará a hablarle más en español,  que vivíamos en España, no en Inglaterra”. A todo esto nunca me preguntó porque lo estaba haciendo, ni me dejó explicarle que no solo leo blogs, sino también libros, investigaciones realizadas sobre el bilingüismo, multilingüismo, y todos los beneficios que trae para el cerebro de los niños y aunque no lo crea, que también beneficia a las relaciones sociales. Tengo que decir que en ese momento lo único que me salía eran ganas de llorar, por lo que la discusión terminó ahí y no hablamos más del tema desde ese momento.

Hoy puedo decir que es un tema superado, y que decidí llevarme por mi instinto de madre que me dice que lo estoy haciendo bien, veo los avances de mi peque y como entiende en los dos idiomas sin esfuerzo alguno. Como nos divertimos jugando en inglés, y como se divierte jugando en español con su padre. Es verdad que aún no sabe bien diferenciar bien cuando es inglés y cuando español (tiene 24 meses), pero todo es cuestión de tiempo. Ya que otra cosa que le molestó fue que en vez de decir abajo, Emma decía “down” cuando quería bajarse de la trona . Pero tampoco me dejó explicarle que es totalmente normal mezclar palabras en los niños que están aprendiendo dos idiomas al mismo tiempo, y que usan las que le son más fáciles, en este caso, prefiere decir «down» que «abajo», y así con muchas palabras.

Si alguna vez pasaron por una situación de frustración parecida, sepan que luego de toda tormenta sale el sol, y que nosotros sabemos lo que hacemos, que no hay que bajar los brazos. Yo creo que en unos años se darán cuenta que estaban equivocados, y serán esas personas las que nos criticaban las primeras en comentar de lo bien que entienden y hablan nuestros niños inglés o la lengua en cuestión. Y entenderán que no es fácil hacer esto, que todo tiene mucho esfuerzo y trabajo detrás, porque creemos en un futuro mejor para nuestros peques.

We can do it!! 🙂

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